Entro a M&S y me dirijo a la sección de los sandwiches, me iba a comprar un sandwich de chicken and bacon (improved recipe), pero al ver los sándwiches de egg and bacon se me antojaron y cojí uno. Después fuí hacia para la sección de bebidas y compré dos limonadas hechas a base de limas y limones. Me formo en la fila de las cajas rápidas y espero mi turno pacientemente. Hay como ocho cajas rápidas pero solo dos estaban funcionando, me imagino porque era un poco temprano.
Cajero: hi, sorry for keeping you waiting, how are you today?
Es la frase que siempre dicen, seguro entrenan a los pobres para repetir la frase cientos de veces al día. Me pregunto si realmente tiene algún impacto sobre la clientela, porque lo que yo menos quiero es ponerme a platicar, el único motivo por el que me formé es para pagar un sandwich de egg and bacon y dos limonadas hechas con limas y limones.
Panta: I am fine thanks... and you?
Y yo que le sigo el juego. Y tú?... realmente me importa? No, pero con eso de que uno es muy pinche polite!
El cajero me dice que se encuentra bien y toma lo que compre y va poniendo cada artículo en la máquina lectora de código de barras y después en una bolsa de plástico. Ahora no me preguntaron si quería una bolsa de plástico. Cojo mi cartera y tomo un billete de diez libras. Pago, me dan mi cambio, el cajero me dice hasta luego, yo le digo hasta luego y salgo de la tienda. Al ir poniendo el cambio en la cartera, como que se me hizo muy poco lo que me dieron, algo así como dos libras y un par de peniques. Me quedé pensando que yo había pagado con un billete de diez libras, entonces al menos me deberían de haber dado unas cinco libras de cambio. Tomo el recibo de la bolsa, y veo que el muy cabrón me cobró dos limonadas hechas con limas y limones y dos sándwiches de egg and bacon. Checo mi bolsa y compruebo que solo hay un sándwich de egg and bacon. El precio de cada sándwich era de dos libras con cuarenta peniques, al ver esto me regresé a la tienda con el mismo cajero para que me regresara mi dinero.
Entro a la tienda de nuevo y me voy directamente hacia el cajero, sin formarme claro, había un wei que estaba esperando su turno pero como me salté la fila se tuvo que esperar más y como que se medio encabronó y me valió madres. Necesitaba recuperar esas dos libras y cuarenta peniques.
Panta: excuse me!
Cajero: yes? Can I help you?
Panta: I just bought an egg and bacon sandwich and two lemonades, but it looks like that I am paying for two egg and bacon sandwiches instead of just one
Le enseño lo que compré y le doy el recibo
Cajero: oh, yeah, you are right, You will have to go to refunds and . . .
Panta: oh! you must be joking !
No sé que cara puse, pero si me hiper encabronó que me dijera que tenía que ir a refunds por un puto sandwich que me habían cobrado de más y que además no era mi culpa, esperaba que el cajero me devolviera mi cajero ahí mismo. Estuve a punto de decirle que me diera otro pinche sandwich de egg and bacon y ahí moría.
Panta: whereabouts is refunds?
Cajero: Don’t worry, I will go with you… this way…
El cajero cerró su caja, ocasionado que la fila de gente se volviese más larga y algunos clientes pusieran malas caras, lo seguí hasta el otro lado de la tienda donde había otras dos cajas. El cajero toma una llavecita y enciente la caja, toma mi recibo, lo ve, toma el teléfono, llama a alguien, pide autorización, lo escuché decir “la cagué”, cuelga, toma mi recibo de nuevo, lo vuelve a leer, pasa mi recibo por una maquina lectora de recibos y la caja se abre y me da mis dos libras y cuarenta peniques y me pide una disculpa.
Le digo que no hay pedo y me voy.
you must be joking (ALSO you've got to be joking)
said in answer to something that someone has said, meaning that you do not believe they said it seriously, or you think it is a ridiculous thing to say
Fuente: Cambridge dictionary
Wednesday, March 26, 2008
Thursday, March 20, 2008
La shushupe
Era verano, la época en que llovía menos, por lo que los caudales de los ríos bajaban... algunos incluso desaparecían por completo. A veces se formaba al lado del río, una playa con arena color chocolate abuelita, también habían piedritas y vegetación, era un buen lugar para pasar el día, sobretodo en esos días de calor sofocante, cuando el sol quemaba y los cielos eran azules. Había que ir después de medio día pero no muy tarde, si se iba tarde se corría el riesgo de ser comido por mosquitos y bañarse en repelente no funcionaba siempre.
Estaba con Alana disfrutando de una Inka-cola, la bebida del Perú, cuando se me ocurrió invitarla al río. Alana le pidió permiso a su mamá y nos fuímos. El río aún era navegable, se podían ver botes cargados de piñas y bananas. Para llegar al río tenía que cruzar el puente y después bajar una cañada, menos mal que traía la troca. Era tan huevón que iba hasta la mera playa en la camioneta, por lo que había que cruzar piedritas y pequeños caudales, era cuando aceleraba para que brincara la troca y salpicar todo, muy refrescante. Hacía calor, quería disfrutar de esas aguas chocolatosas, ya no me importaba lo que me decía Chabu respecto a el agua de la selva
--- Uy joven, ya nunca se va a ir de aquí! – por? – dicen que cuando uno se baña o se bebe el agua de aquí nunca ya más se puede ir pe – no creo en esas pavadas Chabu, además yo sé que pronto me iré – si pe, pero siempre va a regresar joven – jaja... no Chabu, nunca – se acordará de mi pe ---
Había más gente en la playa, familias, niños y hasta unos milicos de la marina que jugaban panbol en la arena. Seguía tratando de cruzar esos riachuelos con piedritas y arena, hasta que por fin llegué a la playa, ahora buscaba un lugar perfecto para después meterme al agua. Cuando en una de esas, siento como la troca de empieza a hundir. Acelero y nada, la pinche camioneta se hunde más, me bajo y veo que la llanta de atrás de lado derecho desapareció, estaba totalmente bajo la arena.
--- Creo que tenemos un pequeño problemita – ay Panta y ahora pe? – fácil, tengo que usar el 4x4 y listo, en un dos por tres estaremos en el agua --- Me subo a la troca de nuevo y no tenía ni puta idea de cómo usar el 4x4. Era otra palanquita de velocidades, pero nunca la usaba, Manuel era que el sabía, además que creo habría que hacerle algo a las llantas, quitar un seguro o algo así. Pero total, no perdía nada, arranco la troca, y acelero moviendo esa palanquita para todos lados y nada, solo volaba arena por todos lados y creo que me hundía más. Que poca madre pensaba.
--- Y ahora Panta? --- Mi cabeza reposaba en el volante, estaba sudando, el puto sol quemaba que te cagabas y ahí estaba en la playa del río con Alana y la troca atascada --- Ya sé... --- Me bajé de nuevo y empecé a escarbar entre la arena, hasta dejar descubierta la llanta --- quiéres que te ayude? – si... pero tu traeme piedras, entre más grandes mejor --- Yo escarbaba y Alana buscaba piedritas. La idea era sencilla y a la vez lógica, quitaría toda la arena posible, pondría piedras y la llanta andaría sobre las piedras y listo, seguro en unos diez minutos estaría disfrutando de esa agua vírgen y fría, que calor hacía --- Listo, trépate – qué? – que te subas pues – ah ya pe --- Una vez más, pongo primera y piso el acelerador hasta el fondo, la troca se movió, pero se me volvió a hundir. --- que poca madre – ay Panta, ya vas a empezar a hablar como mexicano pe... y ahora? ---
Pensaba que había sido una mala idea ir al río, pensaba que una grúa no podría ir hasta donde estaba porque era más pesada y se hundiría. Pensé en abandonar la troca. --- Pos se movió un poquito, tu traéme más piedritas y yo le escarbo más --- Ahí estaba una vez más, quitando la arena solo con mis manos y poniendo un chingo de piedritas, pensé en empujar la troca al mismo tiempo --- Alana sabes manejar? – no... como crees pe? – bueno, pues hoy vas a aprender – no Panta, ni siquiera sé que hacer --- Nos subimos a la troca y una vez repetí pisar hasta el fondo el acelerador pero nada. La troca seguía hundida.
Por el espejo retrovisor ví a los marinos jugando fucho. --- Creo que necesitamos ayuda, espérate aquí --- Me bajé de nuevo y fui a donde estaban los milicos. El sol brillaba y deslumbraba, mi ropa estaba mojada de sudor, tenía mucha sed. --- Buenas... – buenas joven Pantaleón ... disfrutando del río? – pues no mucho, fíjese que se me atascó en la arena la troca – la que? – esa camioneta roja – ahh necesita ayuda pe? – pues si no es mucha molestia - no claro que no... a ver muchachos, vamos a sacar de la arena esa "troca mexicana" ---
Ahí iba de regreso, como con veinte milicos detrás de mi, mi pequeño ejército. --- Fíjese que le puse piedritas para sacarla... pero no funcionó, le pondré más? –no, no pe, nosotros lo empujamos, súbase --- Me trepo y enciendo la troca --- listos? – si, pe, dele, a todo lo que dá --- Meto primera y piso el acelerador, la camioneta medió se movía --- acelere más pe, no deje de acelerar pe --- Una vez más le acelero y la camioneta sale del hoyo pero con una nube de arena y piedras volando, veo a los marinos que se echaban a correr, pensaba que me la iban a hacer de a pedo, porque quizás había golpeado a alguien con alguna piedra voladora. Nos bajamos de la troca y veo a los marinos como a diez metros y señalando con sus manos la camioneta --- oigan gracias --- Los marinos seguían mirando la troca, la parte de abajo, tenían cara de asustados --- qué pasó – una shushupe Panta – una qué? – una shushupe ---
Los marinos se acercaban y veían debajo de la camioneta --- ya está muerta pe, mírenla ahí está – que está muerto? --- Me asomé debajo de la troca y ví algo que colgaba cerca de las llantas. --- que es eso? – una shushupe – una víbora Panta – ahh esa es la famosa Shushupe? ---
Me acordé que una vez me contó Willy, el esposo de Chabu sobre las shushupes, según él era la segunda serpiente más venenosa después de la cobra --- No Panta, esas son peligosísimas pe, son chiquititas pero la ponzoña que tienen te mata – y que no hay antídoto – no hay qué? – vacuna contra el veneno – ahh si, si hay pero el problema con las shushupes es que si te muerde una, sólo tienes como cinco minutos para que te den la cosa esa contra el veneno como tu le dices pe! – sólo cinco minutos? – si pé, por eso a la mayoría de la gente que las muerde, se mueren, si te muerde una, es mejor rezar ---
Y ahí estaba la chingaderita esa, la famosa shushupe, era chiquita, como del tamaño de una regla de treinta centímetros, de color negro con rojo, hecha pedazos, hecha mierda, se había enrredado cerca de la llanta y había valido madres, todo mundo la admiraba. Me seguía cagando de calor, pero ya no me dieron ganas de meterme al río después de ver esa madre. Se hacía tarde y me cacheteaba a mi mismo, los mosquitos me empezaban a destrozar.
Estaba con Alana disfrutando de una Inka-cola, la bebida del Perú, cuando se me ocurrió invitarla al río. Alana le pidió permiso a su mamá y nos fuímos. El río aún era navegable, se podían ver botes cargados de piñas y bananas. Para llegar al río tenía que cruzar el puente y después bajar una cañada, menos mal que traía la troca. Era tan huevón que iba hasta la mera playa en la camioneta, por lo que había que cruzar piedritas y pequeños caudales, era cuando aceleraba para que brincara la troca y salpicar todo, muy refrescante. Hacía calor, quería disfrutar de esas aguas chocolatosas, ya no me importaba lo que me decía Chabu respecto a el agua de la selva
--- Uy joven, ya nunca se va a ir de aquí! – por? – dicen que cuando uno se baña o se bebe el agua de aquí nunca ya más se puede ir pe – no creo en esas pavadas Chabu, además yo sé que pronto me iré – si pe, pero siempre va a regresar joven – jaja... no Chabu, nunca – se acordará de mi pe ---
Había más gente en la playa, familias, niños y hasta unos milicos de la marina que jugaban panbol en la arena. Seguía tratando de cruzar esos riachuelos con piedritas y arena, hasta que por fin llegué a la playa, ahora buscaba un lugar perfecto para después meterme al agua. Cuando en una de esas, siento como la troca de empieza a hundir. Acelero y nada, la pinche camioneta se hunde más, me bajo y veo que la llanta de atrás de lado derecho desapareció, estaba totalmente bajo la arena.
--- Creo que tenemos un pequeño problemita – ay Panta y ahora pe? – fácil, tengo que usar el 4x4 y listo, en un dos por tres estaremos en el agua --- Me subo a la troca de nuevo y no tenía ni puta idea de cómo usar el 4x4. Era otra palanquita de velocidades, pero nunca la usaba, Manuel era que el sabía, además que creo habría que hacerle algo a las llantas, quitar un seguro o algo así. Pero total, no perdía nada, arranco la troca, y acelero moviendo esa palanquita para todos lados y nada, solo volaba arena por todos lados y creo que me hundía más. Que poca madre pensaba.
--- Y ahora Panta? --- Mi cabeza reposaba en el volante, estaba sudando, el puto sol quemaba que te cagabas y ahí estaba en la playa del río con Alana y la troca atascada --- Ya sé... --- Me bajé de nuevo y empecé a escarbar entre la arena, hasta dejar descubierta la llanta --- quiéres que te ayude? – si... pero tu traeme piedras, entre más grandes mejor --- Yo escarbaba y Alana buscaba piedritas. La idea era sencilla y a la vez lógica, quitaría toda la arena posible, pondría piedras y la llanta andaría sobre las piedras y listo, seguro en unos diez minutos estaría disfrutando de esa agua vírgen y fría, que calor hacía --- Listo, trépate – qué? – que te subas pues – ah ya pe --- Una vez más, pongo primera y piso el acelerador hasta el fondo, la troca se movió, pero se me volvió a hundir. --- que poca madre – ay Panta, ya vas a empezar a hablar como mexicano pe... y ahora? ---
Pensaba que había sido una mala idea ir al río, pensaba que una grúa no podría ir hasta donde estaba porque era más pesada y se hundiría. Pensé en abandonar la troca. --- Pos se movió un poquito, tu traéme más piedritas y yo le escarbo más --- Ahí estaba una vez más, quitando la arena solo con mis manos y poniendo un chingo de piedritas, pensé en empujar la troca al mismo tiempo --- Alana sabes manejar? – no... como crees pe? – bueno, pues hoy vas a aprender – no Panta, ni siquiera sé que hacer --- Nos subimos a la troca y una vez repetí pisar hasta el fondo el acelerador pero nada. La troca seguía hundida.
Por el espejo retrovisor ví a los marinos jugando fucho. --- Creo que necesitamos ayuda, espérate aquí --- Me bajé de nuevo y fui a donde estaban los milicos. El sol brillaba y deslumbraba, mi ropa estaba mojada de sudor, tenía mucha sed. --- Buenas... – buenas joven Pantaleón ... disfrutando del río? – pues no mucho, fíjese que se me atascó en la arena la troca – la que? – esa camioneta roja – ahh necesita ayuda pe? – pues si no es mucha molestia - no claro que no... a ver muchachos, vamos a sacar de la arena esa "troca mexicana" ---
Ahí iba de regreso, como con veinte milicos detrás de mi, mi pequeño ejército. --- Fíjese que le puse piedritas para sacarla... pero no funcionó, le pondré más? –no, no pe, nosotros lo empujamos, súbase --- Me trepo y enciendo la troca --- listos? – si, pe, dele, a todo lo que dá --- Meto primera y piso el acelerador, la camioneta medió se movía --- acelere más pe, no deje de acelerar pe --- Una vez más le acelero y la camioneta sale del hoyo pero con una nube de arena y piedras volando, veo a los marinos que se echaban a correr, pensaba que me la iban a hacer de a pedo, porque quizás había golpeado a alguien con alguna piedra voladora. Nos bajamos de la troca y veo a los marinos como a diez metros y señalando con sus manos la camioneta --- oigan gracias --- Los marinos seguían mirando la troca, la parte de abajo, tenían cara de asustados --- qué pasó – una shushupe Panta – una qué? – una shushupe ---
Los marinos se acercaban y veían debajo de la camioneta --- ya está muerta pe, mírenla ahí está – que está muerto? --- Me asomé debajo de la troca y ví algo que colgaba cerca de las llantas. --- que es eso? – una shushupe – una víbora Panta – ahh esa es la famosa Shushupe? ---
Me acordé que una vez me contó Willy, el esposo de Chabu sobre las shushupes, según él era la segunda serpiente más venenosa después de la cobra --- No Panta, esas son peligosísimas pe, son chiquititas pero la ponzoña que tienen te mata – y que no hay antídoto – no hay qué? – vacuna contra el veneno – ahh si, si hay pero el problema con las shushupes es que si te muerde una, sólo tienes como cinco minutos para que te den la cosa esa contra el veneno como tu le dices pe! – sólo cinco minutos? – si pé, por eso a la mayoría de la gente que las muerde, se mueren, si te muerde una, es mejor rezar ---
Y ahí estaba la chingaderita esa, la famosa shushupe, era chiquita, como del tamaño de una regla de treinta centímetros, de color negro con rojo, hecha pedazos, hecha mierda, se había enrredado cerca de la llanta y había valido madres, todo mundo la admiraba. Me seguía cagando de calor, pero ya no me dieron ganas de meterme al río después de ver esa madre. Se hacía tarde y me cacheteaba a mi mismo, los mosquitos me empezaban a destrozar.
Friday, March 14, 2008
De como me bañé desnudo en el Mediterráneo
Normalmente los viernes siempre iba a la playa, era el día de descanso oficial. Íbamos a una playa que quedaba muy cerca de las ruinas romanas de Sabratha. Siempre me confundía para llegar ahí, me acuerdo que era una carretera que iba en dirección a Tunisia pero después de unos campos de olivos te doblabas a la derecha y ya no había camino, era pura arena y matorrales. La única cosa que me indicaba que iba en la dirección correcta eran unos autobuses, o más bien lo que quedaban de unos autobuses que al parecer habían sido quemados y ahí los dejaron. Siempre me preguntaba si esos autobuses se quemarían cuando los gringos bombardearon al general Kadaffi. Total, que después de los autobuses había más arena, más matorrales y palmeras, muchas palmeras y después seguían unas colinas. Aquí era la parte truculenta, ya que no se podían subir esas colinas con la nave porque eran roca y arena, pero había un paso entre ellas y después se encontraba el Mediterráneo.
Era una playa conocida y concurrida por los extranjeros, el único lugar donde pude ver mujeres en bikinis en Libia, seguro las esposas de los que se encontraban trabajando en ese país. Me podía echar mi taco de ojo. Siempre que iba el clima era templado, estaba soleado y el agua era tibia, a diferencia del agua fría en las costas europeas.
Me podía meter al mar y fácilmente caminar treinta metros con el agua hasta la cintura. El agua era tan clara que se podía distinguir la fina arena. Playas totalmente vírgenes, no había hoteles ni restaurantes ni nada por el estilo. Solo gente y no mucha, quizás a lo mucho llegué a ver como veinte personas una sola vez, había veces que no había ni una alma. La mejor hora para ir era como a medio día, nos regresábamos como a las tres por dos razones, la primera porque en la tarde empezaba a hacer viento y se hacían tormentas de arena y era un desmadre estarte sacando la arena de los oídos, boca, calzones y demás; y la razón más importante, que el comedor en el campamento cerraba los viernes a las cuatro y ya después no había comida hasta el otro día.
Esa era mi rutina los viernes, mar y playa y sol. No había nada más que hacer.
El estar en un lugar tan diferente afecta, hace que uno cambie y se adapte. Recuerdo la última tarde que pasé en Libia. Al día siguiente mi avión saldría como a las dos de la tarde. No había empacado como es costumbre. La tarde era soleada y no había ninguna nube el el cielo. Acabó mi última jornada laboral en las costas norafricanas y decidí tomar la camioneta e ir al pueblo a la tienda que siempre iba.
Panta: keif jalak
El empleado ya me conocía. La primera vez que me vió entrar a su tienda me miró raro, pero cuando decía algunas palabras en árabe una sonrisota iluminaba su cara y éramos los mejores amigos del mundo. Pero ahora ya me conocía y ya sabía a lo que iba. Normalmente compraba refrescos y barras de mars, si barras de chocolate, no sé cuantas barras de mars me comía al día, pero eran muchas.
El empleado no hablaba inglés, así que se ponía a platicar en árabe y sonreía y reía y yo le daba el avión.
Panta: shuk’ram
Ese día no fue la excepción y compré mis barras de mars. Decidí no regresar al campamento inmediatamente y manejé sin rumbo fijo. Después de un rato me dí cuenta que manejaba en dirección hacia Tunisia por la misma carretera por la que siempre íbamos a la playa. Pensé en cruzar a Tunisia, lo pensaba muchas veces, pero al otro día ya me iba, ya pa’que. Seguía manejando y ví los autobuses quemados a lo lejos y decidí ir a la playa.
Como era costumbre, siempre me confundía para encontrar el paso y esta vez iba solo y no lo encontré. Total, me salí de la camioneta y caminé entre matorrales y palmeras y escale una de esas colinas de rocas y arena para llegar a la playa. Ahí estaba el mar, no había nadie, y ya atardecía.
Me senté un rato en la playa, mirando el mar y comiéndome una barra de mars. No sé cuánto tiempo pasó pero aun estaban los últimos rayos de sol, ya estaba más fresco. Miré mi reloj y pensé en regresarme al campamento ya que se acercaba la hora de la cena. Empiezo a caminar de regreso, miro mi reloj de nuevo y veo el mar. Volteo a los lados y no había nadie más. Era yo y el mediterráneo. Se me antojó meterme un rato al mar, pero no traía mis shorts que siempre usaba para la playa. Volteo otra vez a los lados y no, confirmaba que no había nadie. Chingue su madre. Empecé a correr y a quitarme la ropa, todo, y me metí al mar. El agua estaba calientita. Al pedo, estaba en el Mediterráneo en pelotas, así nomás y me carcajeaba como un pinche loco.
Me quedé un rato ahí, hasta que empezaba a obscurecer y la marea empezaba a subir. Salí del agua y a buscar mi ropa, y un problemita, no tenía con que secarme, tenía arena en mi cuerpo y también mi ropa tenía arena. La sacudí y traté de limpiarme, me vestí y me regresé a la troca.
Manejaba de regreso, ahí estaban de nuevo esos autobuses quemados y a lo lejos se veía la carretera, la luna era menguante, mi ropa estaba mojada y era un poco molesto manejar con arena en el culo.
Era una playa conocida y concurrida por los extranjeros, el único lugar donde pude ver mujeres en bikinis en Libia, seguro las esposas de los que se encontraban trabajando en ese país. Me podía echar mi taco de ojo. Siempre que iba el clima era templado, estaba soleado y el agua era tibia, a diferencia del agua fría en las costas europeas.
Me podía meter al mar y fácilmente caminar treinta metros con el agua hasta la cintura. El agua era tan clara que se podía distinguir la fina arena. Playas totalmente vírgenes, no había hoteles ni restaurantes ni nada por el estilo. Solo gente y no mucha, quizás a lo mucho llegué a ver como veinte personas una sola vez, había veces que no había ni una alma. La mejor hora para ir era como a medio día, nos regresábamos como a las tres por dos razones, la primera porque en la tarde empezaba a hacer viento y se hacían tormentas de arena y era un desmadre estarte sacando la arena de los oídos, boca, calzones y demás; y la razón más importante, que el comedor en el campamento cerraba los viernes a las cuatro y ya después no había comida hasta el otro día.
Esa era mi rutina los viernes, mar y playa y sol. No había nada más que hacer.
El estar en un lugar tan diferente afecta, hace que uno cambie y se adapte. Recuerdo la última tarde que pasé en Libia. Al día siguiente mi avión saldría como a las dos de la tarde. No había empacado como es costumbre. La tarde era soleada y no había ninguna nube el el cielo. Acabó mi última jornada laboral en las costas norafricanas y decidí tomar la camioneta e ir al pueblo a la tienda que siempre iba.
Panta: keif jalak
El empleado ya me conocía. La primera vez que me vió entrar a su tienda me miró raro, pero cuando decía algunas palabras en árabe una sonrisota iluminaba su cara y éramos los mejores amigos del mundo. Pero ahora ya me conocía y ya sabía a lo que iba. Normalmente compraba refrescos y barras de mars, si barras de chocolate, no sé cuantas barras de mars me comía al día, pero eran muchas.
El empleado no hablaba inglés, así que se ponía a platicar en árabe y sonreía y reía y yo le daba el avión.
Panta: shuk’ram
Ese día no fue la excepción y compré mis barras de mars. Decidí no regresar al campamento inmediatamente y manejé sin rumbo fijo. Después de un rato me dí cuenta que manejaba en dirección hacia Tunisia por la misma carretera por la que siempre íbamos a la playa. Pensé en cruzar a Tunisia, lo pensaba muchas veces, pero al otro día ya me iba, ya pa’que. Seguía manejando y ví los autobuses quemados a lo lejos y decidí ir a la playa.
Como era costumbre, siempre me confundía para encontrar el paso y esta vez iba solo y no lo encontré. Total, me salí de la camioneta y caminé entre matorrales y palmeras y escale una de esas colinas de rocas y arena para llegar a la playa. Ahí estaba el mar, no había nadie, y ya atardecía.
Me senté un rato en la playa, mirando el mar y comiéndome una barra de mars. No sé cuánto tiempo pasó pero aun estaban los últimos rayos de sol, ya estaba más fresco. Miré mi reloj y pensé en regresarme al campamento ya que se acercaba la hora de la cena. Empiezo a caminar de regreso, miro mi reloj de nuevo y veo el mar. Volteo a los lados y no había nadie más. Era yo y el mediterráneo. Se me antojó meterme un rato al mar, pero no traía mis shorts que siempre usaba para la playa. Volteo otra vez a los lados y no, confirmaba que no había nadie. Chingue su madre. Empecé a correr y a quitarme la ropa, todo, y me metí al mar. El agua estaba calientita. Al pedo, estaba en el Mediterráneo en pelotas, así nomás y me carcajeaba como un pinche loco.
Me quedé un rato ahí, hasta que empezaba a obscurecer y la marea empezaba a subir. Salí del agua y a buscar mi ropa, y un problemita, no tenía con que secarme, tenía arena en mi cuerpo y también mi ropa tenía arena. La sacudí y traté de limpiarme, me vestí y me regresé a la troca.
Manejaba de regreso, ahí estaban de nuevo esos autobuses quemados y a lo lejos se veía la carretera, la luna era menguante, mi ropa estaba mojada y era un poco molesto manejar con arena en el culo.
Thursday, March 13, 2008
Mexicanos en el Reino Unido
Charge over 'children with drugs'
Elisa Vazquez Sanchez, 40, was charged with attempting to smuggle a quantity of Class A drugs into the UK.
The drugs, which have an estimated street value of £675,000, were found during a search on Tuesday.
A 13-year-old boy has been released on bail while an 11 year-old girl was released without charge.
Social services
Both children have been placed into the care of social services.
The boy has been asked to attend Heathrow Police Station on 10 April.
A woman and two children were stopped and searched at Terminal 4 of the west London airport after they arrived on a British Airways flight from Mexico City.
Ms Sanchez will appear at Uxbridge Magistrates' Court on Thursday.Monday, March 03, 2008
Enfermera - uno
Llego diez minutos antes de mi cita. El día es una mezcla de sol, lluvia y viento... típico. Creo que es la hora del lunch porque veo a mucha gente en la recepción.
Panta: hola, tengo una cita en...
Miro mi reloj
Panta: ... diez minutos... mi nombre es...
La recepcionista me interrumpe
Recepcionista: cuál es tu nombre?
Panta: Pantoja, Pantaleón Pantoja
La recepcionista empieza a teclear su computadora
Recepcionista: ok, siéntate en esa silla
Volteo y hay una silla justo al lado de la recepción, es raro, normalmente siempre te mandan a otro cuartito a esperar, pero como vengo a ver a la enfermera no me preocupo y pienso que aquí es donde debo de esperar cuando no vienes a ver a un doctor
En la recepción la gente ríe y platica, parece una fiesta. Una werita llega y dice algo en la recepción. No escucho bien, tengo mi oído tapado desde que me agarro esa fuerte gripe con dolor de garganta que hasta me tuvieron que dar antibioticos. Normalmente en la isla, nunca te dan nada para la gripe, siempre te dicen que te tomes panadoles, pero cuando fuí a ver a mi médico de cabecera, porque la verdad no me sentía bien, y es a que veces te da por pensar, que algo te funciona mal, cuando la verdad es que te encuentras bien, me senté un ratito en la sala de espera y hojeando una revista me enteré de quién se acuesta con el jet-set, pero inmediatamente vino la doctora Habibi,
Doctora Habibi: Pantocha? puede pasar usted
La seguí hasta su consultorio y me senté enfrente de ella
Doctora Habibi: que puedo hacer por usted Señor Patoa?
Panta: ya llevo como más de cinco dias así, con síntomas de gripe y dolor en la garganta y me está empezando a doler mi oído derecho, he estado tomando no sé cuántos beechams y la verdad que me siento mal
Doctora Habibi: a ver, vamos a checarle su garganta, abra su boca grande grande y diga ahhhh
Panta: ahhhhh
Doctora Habibi: más grande, más grande y siga diciendo ahhh ahhhh
Panta: ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhh ahhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh
Doctora Habibi: tienes irritada la garganta, puedo ver pus del lado derecho, quizás por eso te molesta tu oído, a ver, vamos a checar tus oídos, volteate así...ahora mueve tu cabeza hacia acá... ok... a ver ahora el otro... mmmm.... ok... el izquierdo lo tienes bien, pero el derecho lo tienes con mucha cerilla, tienes que sacar una cita con la enfermera para que te limpie ese oído... y antes de venir tienes que ponerte gotas de aceite de oliva dos veces al día
Panta: ok
Doctora Habibi: ahora vamos a checar tus pulmones, levántate la camisa, respira hondo y dime treinta y tres
Panta: treinta y tres
Doctora Habibi: sigue diciendo treinta y tres
Panta: treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, trein...
Doctora Habibi: ok, tus pulmones están bien, pero tienes una fuerte infección en tu garganta... cuánto dices que llevas así?
Panta: más de cinco días
Tuve que mentir, llevaba como tres, pero sabía que si decía tres, me iba a decir que siguiera tomando el paracetamol
Doctora Habibi: ok, te voy a mandar antibióticos
Antibióticos? Casi lloro de alegría, es la primera vez que me mandan antibióticos en la isla, y son increíbles, me tomé uno y a la hora me sentía ya mejor, pero bueno por la misma infección después de unos días se me tapó mi oído derecho y andaba sorengo, así que ahora sintiéndome mucho mejor venía a ver a la enfermera a que me lo destapara
A la werita que había llegado, le dicen que se espere ahí en la recepción y se para junto a mí. Solo había una silla y jugaba World cup en mi celular, la selección mexicana vencía a la francesa 12 goles a 1. Apago mi celular cuando la werita se pone a mi lado. Se veía jodidísima. Por un momento pensé que lo mejor sería alejarme de ahí porque no quería que me pegara lo que traía, pero no había a donde ir, además no quería perder mi turno con la enfermera. Pensé también por un momento en ofrecerle mi silla, pero luego pensé que quizás no era buena idea, estas mujeres son rete-independientes y quizás era una feminista y se ofendería, así que decidí hacerle como el tío Lolo.
Empezó a la salir mucha gente del cuarto donde normalmente la gente espera y empecé a reconocer a algunos doctores, ahí estaba la doctora Habibi, el doctor Burch, y muchos más, yo creo que tenían una junta y después fueron a la recepción, hubo más desmadre y cada uno se fue yendo para su consultorio. La recepcionista nos ve a la werita y a mi
Recepcionista: Pueden pasar a ese cuarto
Me dirijo a ese cuarto y me vuelvo a sentar y termino mi juego con Francia, ahora el siguiente rival sería Camerún, que goliza les estoy metiendo, pero me interrumpe la enfermera
Enfermera: Pantalón Pantosha?
Panta: el mismo
Sonríe y la sigo, camina muy rápido, casi casi tengo que correr para seguirla.
Enfermera: vienes a lo de tu oído verdad?
Panta: si
Enfermera: te has puesto las gotas de aceite de oliva?
Shit! Sabía que me iba a preguntar eso, tuve una vez más que mentir, es que ya estaba hasta la madre con el oído tapado, no escuchaba bien y ya quería que me sacara la mierda que traía dentro
Panta: si... por... tres días!
Enfermera: sólo tres días?... cuántas veces al día?
Panta: en las noches, antes de dormir
Enfermera: no, no va a ser suficiente
Que poca madre pensé, hubiera dicho cinco días
Enfermera: necesitas mínimo cinco días y tienes que ponértelas dos veces al día como mínimo... a ver déjame verte
La enfermera se acerca con un aparatito y me empieza a inspeccionar mi oído
Enfermera: si, necesitas más, si te lo hago ahora es posible que te duela tu oído porque la cerilla esta dura y no puedo tomar ese riesgo
Que poca madre pensaba
Enfermera: regresa el lunes... y te lo hago... ya te lo han hecho antes?
Panta: si una vez....
Pero que vez, en Perú, en la posta, como me dolía el oído y esa vez el doctor me dijo que me lo limpiaría y recuerdo una jeringotas llenas de agua caliente y el doctor dándole y dándole y yo sufriendo del dolor
Enfermera: ok, entonces sabes como es... el lunes a que hora puedes
Panta: la última cita que tenga por favor...
Enfermera: ok... a las 6 y media pero recuerda seguirte poniendo las gotas dos veces al día
Panta: ok
Enfermera: y disculpa que hayas venido por nada, pero es mejor así, por tu propio bien
Panta: ok gracias
Enfermera: hasta el lunes
Que poca madre pensaba. Y que pérdida de tiempo. Voy a la farmacia a comprar las dichosas gotas
Panta: hola, vengo del doctor y tengo el oído tapado, me lo van a limpiar pero me dijeron que necesitaba unas gotas de aceite de oliva o algo así
Empleado de farmacia: si claro... son éstas
El empleado me enseña unas botellitas de aceite de oliva. Me lo quedo viendo
Panta: son éstas?
Empleado de farmacia: sí
Panta: es solo a aceite de oliva?
Empleado de farmacia: si
Panta: ok
Empleado de farmacia: cuál quieres? la botella grande o la chica?
Panta: la chica
Empleado de farmacia: quieres un gotero?
Panta: si
Empleado de farmacia: solo vacías en aceite en el gotero y te aplicas una o dos gotas dos veces al día
Panta: ok... pero es sólo acete de oliva?
Empleado de farmacia: si
Panta: ok
Empleado de farmacia: aquí tienes son dos libras y 85 peniques
Panta: aquí tienes... gracias
Salí de la farmacia con un gotero y una botellita de aceite de oliva de 700 mililitros de la marca Bell´s
Panta: hola, tengo una cita en...
Miro mi reloj
Panta: ... diez minutos... mi nombre es...
La recepcionista me interrumpe
Recepcionista: cuál es tu nombre?
Panta: Pantoja, Pantaleón Pantoja
La recepcionista empieza a teclear su computadora
Recepcionista: ok, siéntate en esa silla
Volteo y hay una silla justo al lado de la recepción, es raro, normalmente siempre te mandan a otro cuartito a esperar, pero como vengo a ver a la enfermera no me preocupo y pienso que aquí es donde debo de esperar cuando no vienes a ver a un doctor
En la recepción la gente ríe y platica, parece una fiesta. Una werita llega y dice algo en la recepción. No escucho bien, tengo mi oído tapado desde que me agarro esa fuerte gripe con dolor de garganta que hasta me tuvieron que dar antibioticos. Normalmente en la isla, nunca te dan nada para la gripe, siempre te dicen que te tomes panadoles, pero cuando fuí a ver a mi médico de cabecera, porque la verdad no me sentía bien, y es a que veces te da por pensar, que algo te funciona mal, cuando la verdad es que te encuentras bien, me senté un ratito en la sala de espera y hojeando una revista me enteré de quién se acuesta con el jet-set, pero inmediatamente vino la doctora Habibi,
Doctora Habibi: Pantocha? puede pasar usted
La seguí hasta su consultorio y me senté enfrente de ella
Doctora Habibi: que puedo hacer por usted Señor Patoa?
Panta: ya llevo como más de cinco dias así, con síntomas de gripe y dolor en la garganta y me está empezando a doler mi oído derecho, he estado tomando no sé cuántos beechams y la verdad que me siento mal
Doctora Habibi: a ver, vamos a checarle su garganta, abra su boca grande grande y diga ahhhh
Panta: ahhhhh
Doctora Habibi: más grande, más grande y siga diciendo ahhh ahhhh
Panta: ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhh ahhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh ahhhh
Doctora Habibi: tienes irritada la garganta, puedo ver pus del lado derecho, quizás por eso te molesta tu oído, a ver, vamos a checar tus oídos, volteate así...ahora mueve tu cabeza hacia acá... ok... a ver ahora el otro... mmmm.... ok... el izquierdo lo tienes bien, pero el derecho lo tienes con mucha cerilla, tienes que sacar una cita con la enfermera para que te limpie ese oído... y antes de venir tienes que ponerte gotas de aceite de oliva dos veces al día
Panta: ok
Doctora Habibi: ahora vamos a checar tus pulmones, levántate la camisa, respira hondo y dime treinta y tres
Panta: treinta y tres
Doctora Habibi: sigue diciendo treinta y tres
Panta: treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, treinta y tres, trein...
Doctora Habibi: ok, tus pulmones están bien, pero tienes una fuerte infección en tu garganta... cuánto dices que llevas así?
Panta: más de cinco días
Tuve que mentir, llevaba como tres, pero sabía que si decía tres, me iba a decir que siguiera tomando el paracetamol
Doctora Habibi: ok, te voy a mandar antibióticos
Antibióticos? Casi lloro de alegría, es la primera vez que me mandan antibióticos en la isla, y son increíbles, me tomé uno y a la hora me sentía ya mejor, pero bueno por la misma infección después de unos días se me tapó mi oído derecho y andaba sorengo, así que ahora sintiéndome mucho mejor venía a ver a la enfermera a que me lo destapara
A la werita que había llegado, le dicen que se espere ahí en la recepción y se para junto a mí. Solo había una silla y jugaba World cup en mi celular, la selección mexicana vencía a la francesa 12 goles a 1. Apago mi celular cuando la werita se pone a mi lado. Se veía jodidísima. Por un momento pensé que lo mejor sería alejarme de ahí porque no quería que me pegara lo que traía, pero no había a donde ir, además no quería perder mi turno con la enfermera. Pensé también por un momento en ofrecerle mi silla, pero luego pensé que quizás no era buena idea, estas mujeres son rete-independientes y quizás era una feminista y se ofendería, así que decidí hacerle como el tío Lolo.
Empezó a la salir mucha gente del cuarto donde normalmente la gente espera y empecé a reconocer a algunos doctores, ahí estaba la doctora Habibi, el doctor Burch, y muchos más, yo creo que tenían una junta y después fueron a la recepción, hubo más desmadre y cada uno se fue yendo para su consultorio. La recepcionista nos ve a la werita y a mi
Recepcionista: Pueden pasar a ese cuarto
Me dirijo a ese cuarto y me vuelvo a sentar y termino mi juego con Francia, ahora el siguiente rival sería Camerún, que goliza les estoy metiendo, pero me interrumpe la enfermera
Enfermera: Pantalón Pantosha?
Panta: el mismo
Sonríe y la sigo, camina muy rápido, casi casi tengo que correr para seguirla.
Enfermera: vienes a lo de tu oído verdad?
Panta: si
Enfermera: te has puesto las gotas de aceite de oliva?
Shit! Sabía que me iba a preguntar eso, tuve una vez más que mentir, es que ya estaba hasta la madre con el oído tapado, no escuchaba bien y ya quería que me sacara la mierda que traía dentro
Panta: si... por... tres días!
Enfermera: sólo tres días?... cuántas veces al día?
Panta: en las noches, antes de dormir
Enfermera: no, no va a ser suficiente
Que poca madre pensé, hubiera dicho cinco días
Enfermera: necesitas mínimo cinco días y tienes que ponértelas dos veces al día como mínimo... a ver déjame verte
La enfermera se acerca con un aparatito y me empieza a inspeccionar mi oído
Enfermera: si, necesitas más, si te lo hago ahora es posible que te duela tu oído porque la cerilla esta dura y no puedo tomar ese riesgo
Que poca madre pensaba
Enfermera: regresa el lunes... y te lo hago... ya te lo han hecho antes?
Panta: si una vez....
Pero que vez, en Perú, en la posta, como me dolía el oído y esa vez el doctor me dijo que me lo limpiaría y recuerdo una jeringotas llenas de agua caliente y el doctor dándole y dándole y yo sufriendo del dolor
Enfermera: ok, entonces sabes como es... el lunes a que hora puedes
Panta: la última cita que tenga por favor...
Enfermera: ok... a las 6 y media pero recuerda seguirte poniendo las gotas dos veces al día
Panta: ok
Enfermera: y disculpa que hayas venido por nada, pero es mejor así, por tu propio bien
Panta: ok gracias
Enfermera: hasta el lunes
Que poca madre pensaba. Y que pérdida de tiempo. Voy a la farmacia a comprar las dichosas gotas
Panta: hola, vengo del doctor y tengo el oído tapado, me lo van a limpiar pero me dijeron que necesitaba unas gotas de aceite de oliva o algo así
Empleado de farmacia: si claro... son éstas
El empleado me enseña unas botellitas de aceite de oliva. Me lo quedo viendo
Panta: son éstas?
Empleado de farmacia: sí
Panta: es solo a aceite de oliva?
Empleado de farmacia: si
Panta: ok
Empleado de farmacia: cuál quieres? la botella grande o la chica?
Panta: la chica
Empleado de farmacia: quieres un gotero?
Panta: si
Empleado de farmacia: solo vacías en aceite en el gotero y te aplicas una o dos gotas dos veces al día
Panta: ok... pero es sólo acete de oliva?
Empleado de farmacia: si
Panta: ok
Empleado de farmacia: aquí tienes son dos libras y 85 peniques
Panta: aquí tienes... gracias
Salí de la farmacia con un gotero y una botellita de aceite de oliva de 700 mililitros de la marca Bell´s
Subscribe to:
Posts (Atom)