La vista desde el piso era fenomenal, se podía ver desde ahí el mar helado cantábrico, las playas, los parques, el puerto y la parte baja de Santander. Habíamos llegado la noche anterior en un vuelo de Iberia procedente de Madrid. Algo curioso, aunque después de los atentados terroristas aumentaron las medidas de seguridad en los aeropuertos, nunca me pedían identificación cuando me subía a los vuelos nacionales. Quizás eso cambió con los atentados de los trenes de marzo, años después.
Estábamos a principios de Abril y se sentía ya la primavera. Era la primera vez que salía con María fuera de Madrid y pasábamos un fin de semana largo juntos. Al final también fueron Soledad que era amiga de María desde la infancia y originaria de Santander y su novio Ricardo que era vasco del mero Bilbo y ambos vivían en Madrid, Gaby que fue sola y que creo era lesbiana, amiga de María del Instituto empresa de Madrid y originaria de Sevilla y que fue sola, Catarina y su amigo Sergio, también amiga de la infancia de María, ambos catalanes.
Era un fin de semana largo, se celebraba una de las tantas miles de vírgenes, y el lunes no se laboraba. María me invitó a pasar el fin de semana con ella en el piso que era propiedad de su madre.
Llegamos como a medio día del viernes y tomamos un taxi del aeropuerto al piso que se encontraba como a cinco minutos de la playa del sardinero, pero que había que subir unas cuestas enormes .... --- seguro puedo bajar en un minuto eh!... y seguro puedo regresar desde la playa al piso en unos veinte minutos – pero como es posible Panta? ... bajar en uno? – bueno... si me aviento desde el balcón... es más... quizás sea menos de un minuto si consideras que el factor g quizás es diferente aquí – ahhh tenías que ser ingeniero... – bueno... mejor que abogada – la abogacía es la mejor carrera que existe Panta – claro... es una manera de robar legalmente – jaja ---
Los amigos de María llegaban hasta la noche, por lo que ese día María me dio un rol por la ciudad, fuímos a la playa y a los parques y terminamos comiendo en un charanguito justo enfrente de donde salían los ferrys a Portsmouth, había una feria ese fin de semana de comida gallega... por primera vez probé el pulpo a la gallega y me gustó tanto que obligué a María y a los demás a regresar a comer el mismo lugar al día siguiente. Ya no pude ir ahí al tercer día porque aunque María si le gustaban las cosas del mar, me quería llevar a conocer otros lugares.
El piso tenía tres recámaras, yo me quedé con María en lo que era su cuarto, las otras dos parejas cada una en un cuarto y Gaby de quien sospechaba era lesbiana se quedaba en la sala a pernoctar. La primera noche nos fuímos de bar en bar, bebiendo cañas y vino y comiendo tapas de a gratis, en algunos restaurantes aún tenían la costumbre de regalarte una tapita si consumías alcohol. Terminamos en un botellón donde el ambiente estaba al pedo y donde se compartían los kalimochos y donde me encontré a dos mexicanos y una mexicana que estudiaban en Lisboa pero que se encontraban vacacionando en Santander.
--- Panta... y bueno... espero que esta noche no seas tan recatado como cuando la psamos con en casa de mis padres - joder tía... espera y lo verás...cuenta con que es posible que no puedas volver andar jaja - jaja ---. El cuarto de María tenía vista a la bahía, a pesar de tener las luces apagadas el faro y las luces del puerto y la ciudad iluminaban el cuarto. En la noche tratábamos de no hacer ruido, aunque la cama de María rechinaba tanto que era imposible. Recuerdo a la mañana siguiente cuando estaba en el balcón y admiraba la vista de la playa y el mar que Gaby salió a sentarse a tomar un café y después Sergio llegó comiendo un crossaint --- joder tío... que tienes que llevarme a ese lugar de pulpo! – te contó María? Es buenísimo... ya le dije a ver si regresamos más tarde... es que a mi me encanta el pulpo ... – pues a mi no me gusta mucho que digamos tío... pero Catarina ya me reclamó y me va a obligar a comer pulpo ya que los escuchamos toda la noche dándole al asuntillo – ah... no fuímos nosotros eh... que se escucha? --- Gaby quien tomaba su café y escuchaba la conversación, terminó su café de un sorbo, se levantó y dijo “hombres... solo piensan en una cosa... follar... voy a correr un rato... díganle a María, a Catarina y a Soledad que las veo más tarde... por cierto chicos que nosotras nos vamos de compras... a ver que haceis ustedes --- Gaby se fue y en ese momento llegó Ricardo el vasco --- Joder... no sé porque pero esa tía debe ser lesbiana – jajaja lo mismo estaba pensando – y yo igual...aunque es una lesbiana wapa – jajaja como que una lesbiana wapa Panta? – bueno... normalmente las lesbianas son gordas y feas y con el cabello corto no? – eso sí... allá en Barcelona justo al lado de nuestro piso hay una pareja de lesbianas y una vez le dije a Catarina, oye pero en esa pareja, no sé que le ve la chica, porque el tío es muy feo y Catarina me dijo, pero cual tío si es una tía y yo me quedé... pero es un tío no? , pues que no es una tía y bueno pasó el tiempo y una vez, justo en la farmacia de guardia estaba esperando para comprar algo que me dolía la garganta y veo a un tío delante de mi, feo gordo y con tetas y al final cuando salí y regresé al piso, el tío gordo, feo y con tetas estaba afuera del edificio y me preguntó que si le abría que porque no tenía llaves, que era mi vecina del 4B derecha y que dije, claro, pasa... y no lo podía creer era un tía pero hasta tenía bigotes la muy cerda jajaja – jajaja – jajaja – Hey chicos... veo que ya están tramando algo --- María salió del cuarto toda despeinada y venía bebiendo zumo de ananá, usaba sus shorts rojos y un jersey de color azul que era mío y que le gustó tanto que se lo tuve que regalar--- por cierto que me tienen que cuidar a Panta hoy... porque nos vamos de compras las chicas – si ya Gaby nos dijo – por cierto donde está Gaby? – salió... – a correr – pero no te preocupeis nosotros te cuidamos a Panta... ya verás tío... hay unos puticlubs de puta madre a unos 10 minutos de aquí - jajaja
Mientras María y sus amigas se fueron de compras, yo me fui con Sergio y Ricardo a un barcito que estaba en la playa y no la pasamos mirando tías y calificándolas de acuerdo al tamaño de tetas y culo y clasificándolas para "una noche", o "casaderas" hasta que Ricardo sugirió ir a un bar donde había varias televisiones y pasaban el juego de pelota vasca, que es más aburrido que ver a dos caracoles coger, aunque del ambiente, las tapas y las cañas no me puedo quejar. Tapeamos de nuevo en mi lugar preferido, donde vendían pulpo a la gallega. Regresamos al piso como a eso de las ocho de la noche y volvimos a salir después de la media noche, después de esperar a las chicas los 15 minutos más largos de nuestra vida. Mientras espérabamos a María, que por cierto, me regaló una camisa de color blanco y que me puse ese día, a Soledad, a Catalina y a Gaby la lesbiana, que es importante decir, Gaby estaba lista al mismo tiempo que nosotros, Sergio, Ricardo y un servidor nos pusimos a platicar en el balcón, atardecía y se sentía un poco el fresco. Platicamos de tías, de los curros y de los coches. Gaby se nos pegó un momento, pero definitivamente o no le caíamos bien o estaba menstruando. Cuando nos aburrimos, nos pusimos a escupir a los transeúntes desde el balcón, hasta que paró una patrulla cerca de la entrada del edificio, seguro alguien se había quejado. Nos metimos de nuevo a la sala, cerramos la puerta del balcón y esperamos pacientemente a las chicas viendo algún programa que hablaba de Rosa la primera ganadora de Operación Triunfo.
--- Jo... que wapas – listo tíos... en que lios se metieron mientras nos esperaban? – nada – aquí nadamás mirando la tele – yo hasta ya me iba ir a dormir – no les crean nada --- Dijo Gaby, que nos miraba desde la barra de la cocina. El piso, que tenía parqué, era grande y se veía que lo habían decorado recientemente. La sala estaba dividida por medio de una pared, que hacía de barra con la cocina. Había tres recámaras, un pequeñito cuarto de servicio atrás de la cocina, el balcón donde había una mesita y varias sillas.
María llevaba un vestido de color azul cielo, que le dejaba descubierto sus hombros, usaba tacones y llevaba una especie de chal, de tonalidad naranja. Se veía wapísima. Cuando íbamos caminando por la calle, le dije --- tía... tu quieres romper corazones aquí en Santander por lo visto no? - jo Panta... que me visto para ti - pues me encantas... te ves wapísima - gracias ---
Fúimos caminando y recorriendo las calles de Santander, llegamos a un restaurante que se llamana el Serbal o algo así, donde nadamás vieron a María y la saludaron como si fuera familia. Al parecer el dueño, conocía a la madre de María. Comí un pescado riquísimo, aunque de broma, le pregunté al camarero si vendían pulpo a la gallega. Todo mundo se cagó de la risa, inclusive Gaby la lesbiana de carácter de mierda. Regresamos tarde al piso, nos fuímos caminando puesto que a pesar de estar un poco fresco, el clima se sentía bastante agradable.
Al día siguiente Soledad y Ricardo se fueron por la mañana a Bilbo, Ricardo visitaría a su familia. Gaby se fue desde la mañana a hacer trekking y no regresó hasta la noche. Ese día no la pasamos en la playa y comimos unas tapas de puta madre en un lugar que tenía un nombre bien vaciado que se llamaba Las hijas de Florencio. Era curioso pero en los restaurantes donde estábamos, María siempre se encontraba gente que conocía, al parecer todos eran conocidos de su madre.
Cuando íbamos de regreso caminando, Gaby iba sola hasta adelante, después Soledad y Ricardo, que por cierto cada vez que brindaba decía “Salud y fuerza al canut” y yo como me cagaba de la risa. Detrás de ellos veníamos María y yo, y la venía abrazando
--- estás calientito Panta... acércate más – tu que fría estás tía... si no es porque te veo caminando, diría que estás muerta – jo Panta... que ocurrencias... – oye te puedo preguntar algo... – lo que quieras! – y no te enojas? – bueno depende... que quieres saber? – sabes que en la oficina dicen que eres una pija? – bueno... algo he escuchado... pero es más bien que hay varios tíos que no les he dado bola ... pero esa es tu pregunta tío? – mmm no... pero si eres no? – jajaja porque me preguntas eso? – es que me acordé de una rola de hombres g – la de sufre mamón no? – jajaja... tu no tendrás un Ford fiesta blanco? – jajaja Panta me haces reír mucho ... pero no... tengo un peaugeot 206 color rojo ... --- María se acerco y nos dimos un beso --- pero los hombres g fueron famosos en México? – claro... hasta pasaron sus películas – jo... Sooleedaad... sabeis que a Panta le gustan los hombres g? – Los hombres G?? Jajaja - pero si son una chorrada tío – eran lo máximo – pues ya no existen Panta... eran famosos en los ochentas... aunque por ahí escuche que se querían reunir – estaría de poca madre... de hecho es una de las cosas que me gustaría hacer... oye y te puedo hacer otra pregunta? – vale... pero después a mi te toca preguntar – mmm – anda tío dale – viniste aquí con... aquel? – con quién? – bueno... tu sabes... el que está en Bélgica – jajaja que pregunta Panta – estais celoso? – no, curiosidad – pues si...si he venido con el ... pero no me importa lo que piense la gente... tu sabes como soy – ok... – satisfecho? – si – bueno... ahora me toca a mi – a ver... que quiere saber María? – bueno tu sabes que soy muy directa no? – si lo sé... aunque en este momento no lo estás siendo – vale... me quieres? – claro – claro? ... – si, si te quiero María --- Me acerqué y le dí otro beso --- Joder...hey Paantaaa... que a ver si hoy me dejas dormir coño... al menos no comiste pulpo jajaja – jo Ricardo... déjalos ----
Al día siguiente, fuímos a desayunar a un café donde vendía churros y tomamos nuestros vuelos de regreso. Gaby se regresó en el mismo vuelo que nosotros a Madrid. Soledad y Ricardo tomaron un vuelo a Barcelona. Santander se veía como una maquetita desde el aire, muchos edificios en un lugar muy pequeño, parecía como si estuvieron comprimidos, toda la ciudad construída en colinas, abajo, la playa y el mar, y rodeado de un verde intenso. El color del cielo y el mar llegaban a confundirse a lo lejos.
María vivía en la Moraleja, uno de los barrios más pijos de Madrid. Quedaba muy cerca de Barajas y también muy cerca de Plaza de Castilla donde tenía mi pisito en la calle de Rafael Herrera. Un sábado me invitó a cenar a su casa, ya que sus padres querían conocer al joven mexicano tan majo del que tanto hablaba su hija.
Después de la noche del Tekilas, seguí saliendo con María y aunque trataba que la cuadrilla de la oficina no se enterara, siempre sabían con quien había salido y que había hecho.
Un jueves de Paella, estábamos haciendo sobremesa, cuando Toni1 llegó --- Hey Panta... te acuerdas de las enfermeras con las que salimos? – si claro – bueno... pues que me invitaron a una fiesta el sábado... y la amiga quiere que vayas de nuevo – éste sábado? – si... por? – este sábado no puedo... ya quedé – joo tío... no me vas a decir que has quedado con la niña pija esa– mmm si – bueno... vale no pasa nada... tu te lo pierdes... pero si cambias de parecer me decís... si no voy a tener que invitar a alguien más para que me haga el par – vale ---
El siguiente fin de semana me iría con María y unos amigos de ella a Santander a pasar un fin de semana de puente. La madre de María, era originaria de Santander y tenían un pisito a cinco minutos de la playa del sardinero. Como María me había invitado y ya tenía un tiempito saliendo con ella, pues sus padres me querían conocer.
María pasó a recogerme en su 206 rojo a mi piso. Era un sábado. Recuerdo que la casa de los padres de María quedaba en la calle del Padre Arrupe y es que por aquellas fechas, se estaba exhibiendo la película mexicana “El crimen del Padre Amaro”. María me dijo que la fué a ver a escondidas de su familia, ya que eran muy devotos católicos. María había estudiados en escuelas de monjas desde pequeñita, siempre había estado en escuelas de niñas hasta que estudió derecho en el Instituto Empresa de Madrid.
--- estais nervioso? – la verdad que si eh... – no te preocupes... mis padres son muy majos... quizás mi padre te dé ostias un poco... pero así son todos los padres no? ---
La casa de María era enorme, yo creo que casi casi era una residencia, María tenía un hermano mayor pero que ya estaba casado y residía en A Coruña, en la casa solo vivían los padres de María y ella misma. María abrió la puerta del patio principal y después la de la entrada principal.
--- Hola... ya estamos aquí... mamá... papá... les presento a Panta --- Los padres de María miraban la televisión en la sala principal en una telesota y se pararon a saludarme--- Hola... mucho gusto --- El papá de María, Paco me apretó la mano como si quisiera rompérmela, la mamá que se llamaba María de la Concepción me saludó de beso, Paco me hablaba de usted, Doña María de la Concepción de hablaba de tú, yo les hablaba de usted ---
Nos sentamos un ratito en la sala, donde me ofrecieron un vaso de porto, que no me gustó porque es demasiado dulce, pero me lo terminé. Después de un ratito de hablar sobre temas irrelevantes sobre el tiempo y el tráfico de la M-40 pasamos a la mesa. La sala tenía unas repisas donde había fotos de toda la familia de María.
Nos sentamos en una mesa rectangular de madera de color cahoba, María se sentó a mi lado izquierdo, Paco estaba enfrente de mi, y Doña María al lado derecho de Paco. Tenían servicio de servidumbre, pues en cuanto nos sentamos en la mesa, dos mujeres salieron, una sirviendo vino y la otra poniendo unos platos para la entrada que era jamon y queso y uvas. Las dos estaban uniformadas. Nunca le pregunté a María, pero yo creo que una de las chicas que servía era de Europa del Este, ya que era totalmente rubia, o al menos que haya sido albina.
Y fue en ese momento que el interrogatorio, la entrevista o el examen comenzaba. --- Y bueno Panta... te puedo llamar Panta? – claro que sí – bueno ... a mi me llamáis Paco y ya con eso eh... no me gustan los dones – como usted diga Paco – dime te gusta España? – claro... sobretodo la comida... verá... la comida mexicana es como la comida española... pero sin el chile... o picante como le dirían ustedes – pues a mi me gusta mucho el picante eh – ah! que le gusta el chile? – bueno... no mucho... pero si poquitín ---
Había vino rojo, muy rico y eso que normalmente que a mi, no me gustaba. El vaso siempre estaba lleno, pues cuando quedaba como un cuarto, una muchacha se acercaba y te servía.
El papá de María, Don Paco tenía conocidos en la empresa donde yo trabajaba, me contó que un tiempo ocupó algunas direcciones de la compañía, es por eso que María trabajaba ahí, lo hizo desde que terminó la carrera
Don Paco me empezó a preguntar sobre las personas que trabajaba, mis colegas y mis jefes y me empezó a contar anécdotas. María que hasta ese momento había estado un poco callada, empezó a tocarme la pierna por debajo de mesa. La volteo a ver y me miraba con una sonrisa tan cachonda... Don Paco nos seguía contando sus aventuras y no paraba de reír, Doña María también reía aunque de una manera más discreta, María me contó después que su madre venía de una familia de abolengo, mientras que su padre tuvo que hacer su fortuna. María seguía tocándome la pierna hasta que me toco el pene.
Me eché para atrás y me levanté. --- disculpe... le importaría si uso su... si me retiro un momentico? – no, por supuesto, veís aquella puerta?, bueno, salís y la primera a la izquierda – gracias --- Le dí un sorbo a la copa de vino rojo y fui a los wateres.
Era un cuarto de baño enorme y yo creo que era de los invitados, tenía un bidet que nunca supe lo que era hasta cuando viví en Suiza, un par de años antes. El cuarto de baño tenía lucecitas pegadas al techo, de esas que son bien modernas y que se pueden ajustar la luz. Era todo de un color blanco impecable y el espejo del lavabo llegaba hasta el piso. Olía muy limpio y estaba tan bonito que hasta me dieron ganas de hacer del dos, aunque preferí no hacerlo. Al salir, María estaba fuera de la puerta, se me acerco hasta que nuestros labios estuvieron juntos
--- hey tío... que solo te estoy ayudando a relajar... – si pero enfrente de tus padres? – no se dan cuenta... además mi padre es medio sordo... no de das cuenta que grita cuando habla? – bueno si... pero – estoy mojada --- María sonríe, me da un beso y me toma de la mano, llevándome de nueva cuenta al comedor.
Me senté y ahora habían servido, un arroz muy rico con un huevo estrellado y estaba en una especie de salsa de tomate. También había una bandeja con Bacalao a las Vizcaína.
Me senté. Nos seguían sirviendo vino. Don Paco ahora me platicaba de cuando conoció México por primera vez y reveló por primera vez al parecer que era el enamorado de una actriz mexicana que no me quiso decir su nombre y que era casada.
María seguía jugando con mi pierna, aunque esta vez, le tomé la mano para evitar algún accidente, ese día llevaba unos pantalones color khaki.
Después de hablar un rato sobre la compañía donde trabajaba, las historias contemporáneas de España y México y las aventuras amorosas de Don Paco en México tocamos el tema de la política y la religión. --- pues yo conozco a Felipe Gonzalez... una vez fui a una conferencia... en México – no puedo yo ver a ese jilipollas rojo... desgració este país – bueno... más bien lo modernizó no? – no que va hijo... Franco modernizó a España... – pero estaba aislada con Franco no? – bueno quizás en ese aspecto si... Felipe ayudó o más hizo que España tuviera tratados como el de Mastrich... pero no me fío de los rojos – hablando de rojos... sabía usted que muchos mexicanos estaban en las brigadas internacionales? – jajaja... joder hija... pero será posible que me hayas traído a un socialista? Jajaja joder... lo que me faltaba... salud Panta – salud Don Paco – llámame Paco a secas – salud entonces Paco... a secas – jajaja – jajaja ----
Siguió el postre, que era una selección de pastelillos y café, yo en aquella época le entraba al café cortado, que era un café expreso con un tantitito de leche. --- bueno y ya conoceis Santander? – no Paco, de hecho del norte solo conozco Bilbo – joder... si hasta lo decís como los vascos – interesante pueblo – muy problemático también---
--- Papá... bueno ya basta que si sigues ya Panta no va a querer regresar nunca – no que va... si está muy interesante la charla – y tu también ya basta Panta... vamos... quiero enseñarte algo... mamá que le voy a enseñar a Panta la casa – claro hija ---
Nos levantamos de la mesa, una de las muchachas empezó a recoger la mesa y la otra servía más café en tazitas que estaban colocadas en la mesa de centro en la sala, ahora habían puesto chocolatitos, tomé una trufa que estaba envinada y sabía de puta madre y seguí a María quien me había tomado de la mano para que la siguiera. Me empezó a mostrar la casa que era enorme. Tenía jardines que se iluminaban en la noche, con su fuente y funcionaba y toda la cosa, tenía una alberca techada, un cuarto para hacer ejercicios y con varios aparatos, una biblioteca que estaba padrísima y olía a tabaco, el estudio de su padre, que parecía un cuarto de comando de guerra, la cocina que parecía la cocina de un restaurante y bueno hasta que llegamos a las recámaras. No sé cuántas me mostró, hasta que llegamos a la suya.
María se acercó y empezamos a fajar. --- Panta, quiero que me folles ahora! --- María se levantó la falda, se bajó las medias y los chones y se empinó en su cama – pero... pero... aquí? – si tío... fóllame... mira que estoy toda mojada – pero si tus padres vienen? – bueno si te apresuras... no se darán cuenta... anda tío... ya... venga... ---
Y ahí estaba yo, bastante pedo de vino rojo, poniéndole a María en su recámara, en la Moraleja y sus padres abajo mirando televisión. Después del rapidín, bajamos y nos pusimos también a mirar tele. Pasaban un show de esos que tanto les gustan a los españoles, las famosas tertulias que duran toda la puta noche y las considero demasiado aburridas.
Esa noche me quedé en casa de María. Ya era de madrugada. Sus padres se despidieron y nos quedamos viendo un rato más la tele. --- y bien? Que te parecieron mis padres? – buena onda... es chistoso tu padre... muy ameno... me cayó bien – bueno... tu también les caíste bien... le gustaste a mi madre... y mi padre dices que te ves buen chico ... – entonces prueba superada? – jajaja... claro... es más te meceres un premio – y cuál es mi premio – bueno... pues digamos que... no vamos a poder dormir juntos hoy.. pero pasaremos un ratito juntos – bueno... y que esperamos? – bueno... pues pensé que te estabas viendo la tele – no que va... a mi esta mierda de programas no me gustan – jaja... pero si son tan bonitos... pero bueno... esperemos unos treinta minutos... hasta que se duerman mis padres... y nos vamos – orale – como? – que si... que venga ---
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2 comments:
Ese mi Panta ... y no intentaste verificar si la Gaby no le ponía ... a lo mejor es bi y como dices que estaba wapa.
Ese mi Emilio, no trate nada con la Levy's, el asunto era serio con Maria y ademas las levy's me dan asco en el 97.39% de los casos
Saludos
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