Thursday, August 27, 2009

La sisterna de la coca-cola

Era un sábado por la tarde, miraba la tele con la tía Lolita, algún canal chileno porque a la tía Lolita junto con su hermana y madre, las habían mandado a Santiago durante la época que Sendero ponía bombas en Lima y bueno, siempre contaba cosas de Chile, le gustaba mucho y por eso siempre veía televisión chilena cuando ella se adueñaba de la tele.

El oso estaba ladrando y echando desmadre, Chabu salió a ver y después de unos diez minutos regresó.

Chabu: joven Panta... mire... ese muchacho es el hijo de la loca... pero siempre lo presenta como su hermano

Chabu señalaba a la venta y la tía Lolita y yo nos paramos a ver.

Tía Lolita: pero si es un chibolo... quién le va a creer que es su hermano pe
Chabu: pues siempre a todo mundo le dice que es su hermano pe
Panta: oye Chabu y quién es la chica que está con él?
Chabu: esa es la hermana de la loca
Panta: pues no tiene malos bigotes... es como su hermana pero con más curvas...
Tía Lolita: ay Panta...mira mejor llévame al río y así te metes al agua fría para que te baje la calentura que traes
Chabu: si joven Panta... vamos pe... llévenos al río
Panta: se va a encabronar tu esposo... va a pensar que te estoy perreando
Tía Lolita: que qué pe?
Panta: va a pensar que te quiero tirar, coger, follar, cachar....como se dice por estas tierras
Chabu: jajaja
Tía Lolita: por favor Panta... no eres mi tipo... ni en tus sueños
Panta: eso lo sé... te gustan viejos no?
Chabu: jajaja
Tía Lolita: que va... no me gustan tan verdes como tu que no saben lo que quieren que es diferente... pero bueno nos llevas o que pe? Además si va la Chabu...no va a decir nada
Panta: Orale pues... vamos... total... no hay nada mejor que hacer y ese canal chileno de mierda ya me tiene hasta los güevos
Tía Lolita: ok dejame cambiarme y decirle al Tío Lolo
Chabu: joven... espérenme... déjeme terminar de planchar rápido no joven? y nos vamos... y después de ahí me lleva a mi casa no pe?

Después de unos 25 minutos...

Panta: como se tardan eh!!
Tía Lolita: ohh que ansias... tenías que ser hombre
Panta: nos llevamos al oso?
Chabu: si... traiga al oso joven... yo lo cuido

El oso siempre hacía un desmadre cuando salíamos, lo trepaba a la parte de atrás de la troca y empezaba a ladrar. Justo cuando le quité la cadena, se echó a correr y a ladrarles a la hermana y al hijo de la loca, que aún estaban mirando el estanque donde había peces, pero que era donde se almacenaba el agua del sistema contra incendio del campamento

Hermana de la loca: no muerde tu perro?
Panta: no es mío, pero no muerde... ya le dimos de comer hace rato...
Hermana de la loca: jajaja

Agarré al oso del collar y se nuevo se echó a correr pero hacia la troca, lo ayudé a trepar a la troca y nos fuímos

Como era costumbre, manejé a través del primer puesto de vigilancia, saludamos al wachiman, salimos, subimos la cuesta con la polvareda usual detrás de la troca, pasamos el segundo puesto de vigilancia, saludamos a esos wachimanes, salimos hacia la pista principal que era de terracería, pasamos la curva que no me gustaba manejar en la noche, ya que Chabu decía que ahí los terrucos habian matado mucha gente, luego el campo de piñas donde vivía Leandro y que una vez quería que le pagara 10 soles porque me había presentado a su prima, la gasolinera donde una vez me vendieron agua en lugar de gasolina y justo antes de llegar al puente doblé a mi izquierda cuesta abajo para llegar a la playa que se hacía en el río. Esta vez dejé la troca ahí y caminamos hasta lo que quedaba de agua. Era la época de no muchas lluvias, entonces el caudal del río disminuía formando playas. El río aún tenía corriente y era navegable, pero no era lo mismo que durante la época de lluvias.

La tía Lolita bajó una canasta y unas toallas de la parte de atrás de la camioneta. Bajé al oso de la troca y se echó a correr como loco. Ladraba

Tía Lolita: pero que caballero eres eh... en lugar de que me ayudes pe!
Chabu: a ver señorita, yo le ayudo
Panta: a ver... dame algo pues... worale...traes piedras?
Tía Lolita: son unos bocadillos para más tarde...

Caminamos hasta encontrar un buen lugar con arena y sin tantas piedras. Aún había sol, pero como atardecía, el sol ya no pegaba tan fuerte, además el puente colgante daba sombra. El oso corría detrás de nosotros ladrando y echando desmadre.

Encontramos el lugar y nos sentamos un rato. La tía Lolita llevaba unos shorts pegados y una camiseta. Se levantó, se quitó los shorts, y después la camiseta, quedando en un bikini de color amarillo canario, que resaltaba con su piel bronceada, todo a unos 30 centímetros de mi cara. La tía Lolita, camina para el río agachándose para primero tocar el agua con sus manos, y después meterse al río.

Tía Lolita: esta riquísima... no te vas a meter Panta?

Yo sudaba, a pesar de no darme directamente el sol, me escurría el sudor

Panta: no te vas a meter Chabu?
Chabu: no joven... vaya usted... yo cuido al oso

La tía Lolita se metió más dentro del río y gritaba

Tía Lolita: vamos Pantaaa!! Meteté pee! no que muy macho los mexicanos?? jaja

Nunca había visto a la tía Lolita en bikini, tenía unos senos bastantes ricos, grandes para su complexión. Era delgada y muy wapa de cara. Lo único que no me gustaba de ella, era que siempre usaba el cabello corto, como un niño. Teníamos la misma edad. Se había casado muy joven. La tía lolita era pituka, su papá se había hecho cuando Alan García fué presidente por primera vez, vendía maquinaría y en una de las tantas devaluaciones del inti, al papa de la tía Lolita le quedaron debiendo en dólares, por lo que se hizo de dinero de la noche a la mañana. Su esposo el tío Lolo, era rico de abolengo, ya de varias generaciones, había hecho sus estudios en Alemania y lo hablaba a la perfección. Corrí y me metí al río

Panta: pero si está re pinche fría...

La tía Lolita nadó hacia donde estaba

Tía Lolita: que dices?
Panta: que está fría
Tía Lolita: Chabuuu... métete peeeee

La Chabu, solo metía las piernas, también llevaba shorts

Tía Lolita: esto es lo único que me gusta de aquí!
Panta: que? el río?
Tía Lolita: la naturaleza peee... si no tendría esto aquí ni loca dejaría Lima...

La tía Lolita y yo nos quedamos viendo por un momento

Panta: oye... se siente corriente no?
Tía Lolita: si pe... es un río pee... que en México no tienen ríos?
Panta: si tenemos... pero o están entubados o están llenos de mierda
Tía Lolita: jajaja... anda...nada más para que se te quite la calentura

La tía lolita me aventó agua a la cara

Panta: tenías que ser peruana...
Tía Lolita: y a mucho orgullo pe...

La tía Lolita me aventó más agua a la cara y se aventó arriba de mi para cubrirme completamente de agua. Había iniciado una guerra de aguas.

Pasamos bastante tiempo ahí, hasta que se estaba metiendo el sol y los mosquitos empezaban a acechar. Fuímos al pueblo a dejar a Chabu y después nos regresamos la Tía Lolita, el oso y yo al palacio.


Ese día después de cenar, regresé a la oficina a checar mi e-mail. Cuando me iba otra vez al pueblo ví de nuevo a la hermana de la loca y al hijo de la loca en la cisterna del sistema contra incendio pero que estaba llena de peces por iniciativa de la loca. Cuando los miré se acercaron. El oso les ladraba, pero tenía su cadena. El Tío Lolo y la Tía Lolita cenaban y miraban algún canal chileno.

Hermana de la loca: que raza es el perrito?
Panta: es un schnauzer gigante...
Hermana de la loca: pero esa raza casi no hay aquí no?
Panta: no, su dueño lo trajo de Alemania creo...
Hermana de la loca: ahhh... bueno... por cierto me llamo Lucia... soy hermana de Dolores... la conoces no?
Panta: claro que si... la esposa de Gonzalo no?
Lucia: y este es mi hermano Gustavo
Panta: hola mucho gusto
Gustavo: mucho gusto
Lucia: y que haces normalmente en una noche de sábado?... nosotros vivimos en Tingo María pero vinimos a pasar unos días con mi hermana
Panta: ahhh pues quizás vaya al pueblo...ya conoces?
Lucia: si es bastante chiquito
Panta: pues si quieres vamos a tomar algo
Lucia: bueno...a que horas?
Panta: en una hora?
Lucia: bueno pe

Como a las nueve de la noche, salí de nuevo para ir al pueblo y Lucia y “su hermano” estaban ahí.

Los llevé directamente a La Gruta. Chabu y su esposo Willy estaban ahí trabajando. Chabu se recagó de la risa cuando me vió con la hermana de la coca-cola.

Lucia era mucho más joven que su hermana, quizás era un par de años mayor que yo, era de piel canela, cabello obscuro que le llegaban a las hombros y a diferencia de su hermana, Lucia tenía más curvas... tenía un muy buen par. Pasaron varias Pilsens...

Lucia: oye... sabes qué?
Panta: que?
Lucia: me dijo que te dijera que la veas el próximo fin de semana en Tingo María

Me hice pendejo aunque sabía de quién hablaba.

Panta: perdón? Quién?
Lucia: como que quien pe? Ya sabes pe
Panta: no, no sé... quien te dijo que la viera en Tingo María?
Lucia: como que quién?
Panta: si quién?
Lucia: no te hagas eh Panta pe
Panta: no, no me hago, es que en serio, no sé de quien me hablas
Lucia: en serio? Oseas no sabes pe? No sabes quien te quiere ver en Tingo María?
Panta: no, en serio
Lucia: ahh ok... entonces olvídalo
Panta: ok

Las Pilsens siguieron fluyendo. La loca llegó acompañada de su esposo Gonzalo y su guarura un par de horas más tarde

Lucia: ah mira mi hermana!

Les hice una seña con la mano, pero no me fui a sentar con ellos, estaba con Lucía en la barra, su “hermano” se fue a sentar con la hermana de la loca... o más bien su mamá

Lucia: oye y no te gusta mi hermana?
Panta: quién?... ella?
Lucia: aja
Panta: no, que va... me gustas tú
Lucia: qué? porque me dices eso?
Panta: pues... me preguntaste no?
Lucia: oye no... y lo que tienes con mi hermana?
Panta: que tengo?
Lucia: ay no pe! No te hagas ...
Panta: no me hago, no sé de que me hablas
Lucia: pensé que te gustaba mi hermana
Panta: no, no me gusta... ya te dije que tu me gustas
Lucia: y lo de Tingo María?
Panta: que es lo de Tingo María?
Lucia: pues me dijo mi hermana que te dijera que fueras el próximo fin de semana allá pe... a que lo pases con ella?
Panta: en serio?
Lucia: si me dijo que no podía decirte que porque está Gonzalo
Panta: pues no eh!! No me gusta
Lucia: pero me dijo que había algo entre ustedes
Panta: no, que va... yo creo me está confundiendo
Lucia: entonces no hay nada?
Panta: no, nada

Lucia se fue a sentar con su hermana. Empezaron a platicar entre el estremecedor sonido de la tecnocumbia que rompía los tímpanos.

Chabu: uy joven... ya lo ví eh!!
Panta: la mandó la loca... que quiere que vaya a Tingo María con ella
Chabu: ya ve joven... le dije... es una sirvengüenza... y lo peor que lo hace delante del tonto de su esposo
Panta: igual y le dá toloache no?
Chabu: que?
Panta: una hierba...ay... olvídado! me da güeva explicar... dame otra chela no?

Me puse a platicar un rato con Willi y con Chabu. Más tarde la hermana de la loca regresó a donde estaba

Lucia: oye dice mi hermana que olvides lo de Tingo María pe
Panta: y otra vez sigues con eso?... en serio no sé de que hablas, no sé porque tu hermana te dijo eso... pero bueno...quieres ir a dar una vuelta?
Lucia: ahorita?
Panta: si claro...
Lucia: a donde pe?
Panta: no sé... por ahí
Lucia: ok... sal tu primero... ahora salgo... no quiero que me vea Dolores

Salí y cuando abría la puerta de la troca Lucía salió. El chofer que hacía de guarura de la loca estaba afuera.

Lucia: uy no le vaya a decir a mi hermana
Panta: decirle que? Además vamos a dar una vuelta que nos refresque el aire no? que tiene de malo?

Empecé a manejar y salimos del pueblo. Era un poco peligroso manejar porque no había electricidad en el pueblo, los únicos que tenían eran los negocios que tenía generadores como La Gruta, la base militar y en el campamento. Sendero Luminoso aún estaba activo en la zona, no me fui muy lejos, manejé donde estaba la que alguna vez fuera pista de aviones que cargaban cocaína en la época dura del terrorismo y me estacioné en lo que alguna vez iba a ser una gasolinería. Había luna, que iluminaba. El cielo estaba totalmente adornado de estrellas. Se veía la estrella del sur. El aire era tibio y húmedo. Olía a vegetación.

Apagué la troca, y empecé a fajar con Lucia. Entre fajes, Lucía me preguntaba si me gustaba su hermana y cada vez le contestaba que no. Le desabroché los botones de su blusa y le quité el brasier. Comprobaba que la naturaleza le había muy buena con ella. Seguíamos fajando. Solo el sonido de los insectos nos acompañaba. Mi mano derecha la tenía en una de sus tetas y empecé a meter mi mano izquierda por debajo de su pantalón, sentí mojadito... al hacer esto, Lucía me empujó

Lucia: no eso no pe... ya vámonos a regresar
Panta: tan pronto?
Lucia: si, si no mi hermana se va a dar cuenta que estoy contigo
Panta: otro ratito no?
Lucia: bueno... pero no hagas nada con tus manos... ponlas donde las pueda ver

Seguimos fajando por un rato, hasta que se me ocurrió de nuevo meterle mano. Sentí mojadito de nuevo

Lucia: ya pe... Ya vámonos... si siguimos nos vamos a arrempetir... además tu tienes algo con mi hermana
Panta: no tengo nada en serio... pero vamos a quedarnos otro ratito no?
Lucia: nada de peros pe... en serio ya vámonos si no me vas a meter en problemas con mi hermana
Panta: bueno...

Manejé de nuevo hacia el pueblo. La troca de Gonzalo aún estaba ahí. Su guarura no estaba. En la entrada, encontramos a su “hermano”

Gustavo: en donde andabas pe?... te estábamos buscando
Lucia: aquí... estaba fumando un cigarro

Gustavo se acercó y la olió.

Gustavo: pero si tu no hueles a cigarro

Lucia le dio un zape en la cabeza.

Lucia: cállate baboso... y cuidadito y le dices algo a Dolores porque ya verás pe

Lucia entró. Yo me quedé platicando con Willi, que estaba en la entrada fumando. A los pocos minutos, la loca, su hermano, el esposo y el guarura salieron. La loca me miró muy feo y no dijo nada. Lucia me sonrió y me dijo hasta luego. Gonzalo, el esposo de la loca, se despidió de mano. El guarura solo dijo un hasta luego que le costó mucho trabajo sacar. Se subieron todos a su troca con Gustavo que los estaba esperando afuera.

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