Wednesday, August 29, 2007

Tunisinas

No pensé que me iba a acostumbrar pero tenía mi rutina. La semana empezaba el sábado y terminaba el jueves. El viernes era el día de descanso. Los miércoles salía con un grupo como de diez libios, íbamos a comer o a algún café Internet o algún café normal a fumar la sisha. Los jueves me iba en la noche con la banda del trabajo a un boliche cerca de Trípoli y después regresar al campamento para ver TV satelital hasta altas horas de la noche. Los viernes era mandatoria la playa cerca de Sabratha con suerte vería a las españolitas o alemancitas que disfrutaban del mediterráneo y en la tarde noche me iba a un café a un pueblo cerca del campamento. Empecé a visitar un café con Augusto, un francés que tenía una novia ecuatoriana que vivía en Alemania. Al parecer tenían planes de casarse y siempre hablaba de ella, no había nadie mejor que ella según el. Un día me cansé y le dije que no le creía, que me enseñara la foto, siempre le daba vueltas y nunca me mostraba la foto de su novia. Los cafés eran solamente frecuentados por varones, las mujeres me imagino estaban en sus casas, la religión musulmana prohibía a las mujeres el hablar a hombres que no fueran sus esposos o familiares.

Una vez ví a la libia más guapa durante mi estancia, me acompañaba Abu-Hassam a comprarme unos pantalones porque los que tenía se rompieron. Era una calle con tiendas a los lados. Abu-Hassam me iba a servir de traductor. Al entrar a la tienda ví a esta chica que iba acompañada de otras dos mujeres. Era alta, blanca y los ojos grises, guapísima. Llevaba una mascada rosa que le cubría la cabeza. La ropa que llevaba era un saco y una falda obscura hasta por debajo de la rodilla pero entallados. Tenía muy buen cabus. --- te gustó? --- Abu-Hassam se dio cuenta que me la quedé viendo --- pos pa que te digo que no si sí --- Abu-Hassam sólo sonrió --- crees que haya sido de aquí? – claro --- entramos a la tienda y empecé a ver los pantalones, Abu-Hassam se fue hacia el otro extremo de la tienda y me trajo unos pantalones --- pero hay un pequeño problema – que? no tienen mi talla? – no, me refiero a la chica que te acaba de gustar? – cuál? es casada? ... eso no es problema para mí, no soy celoso – no, no es eso – entonces? – tienes que convertirte al islam para que le pudieras hablar? – no... gracias --- Abu-Hassam no era el único que quería que me convirtiera al Islam, de hecho toda la banda libia de alguna u otra manera insistían en que lo hiciera, no terminaban nunca de decirme las ventajas. Además de religión podía discutir de política con la banda libia, eran discusiones muy acaloradas, de hecho recuerdo que la mejor fue cuando comenzó la segunda entifada y yo me encontraba en tierra del islam.

El café era atendido por un hombre y varias mujeres. Era raro porque las mujeres no llevaban mascada en la cabeza, cosa que me extrañaba. Augusto que tenía más conocimientos sobre la cultura árabe me dijo que era porque no eran de ahí, que seguramente eran de Túnez. Augusto que hablaba muy bien el francés les preguntó de donde eran y efectivamente eran tunisinas. Augusto que tanto quería a su novia tenía un plan --- vamos a invitarlas a salir Panta – no, como crees... no nos vayamos a meter en pedos – que pedos? – no me gustaría visitar una cárcel libia – no van a haber problemas...seguro que si les decimos vienen con nosotros – y a dónde las vas a llevar? – mmm no sé.... ya sé, que tal si las invitamos al boliche? – sabes qué? no sé si sea buena idea – mira es más, si las invitamos te doy chance de que tú escojas primero – que quieres decir? – escoge tu primero la que más te guste– no sé Augusto nos podemos meter en problemas – Panta una pregunta desde cuando? tu... no... tú sabes! – desde que llegué aquí – ahí lo tienes – si pero la verdad no me gustan mucho – que prefieres a una de ellas o tu mano? --- En un mes me iba ir de ahí y hacer lo que sugería Augusto era riesgoso, sin embargo después de mucho insistir, acepté --- ok, yo escojo la de la izquierda – ahhh no, esa la quería yo – bueno entonces no – ok, ok, te la dejo para ti, yo me quedo con la otra --- Las tunisinas no eran unas bellezas que digamos, sin embargo había escogido a la que tenía las tetas más grandes ---

Empezamos a frecuentar el café todos los días hasta que Augusto entabló una especie de amistad con ellas. Se llamaban Navinne y Zaahira. Augusto hizo la propuesta a Navinne sobre ir al boliche, Navinne a su vez fue a comentarle a Zaahira. Las dos estuvieron hablando por un espacio de cinco minutos después de los cuales Navinne regresó y nos dijo que pasáramos por ellas el próximo jueves ya que iba a ser su día de descanso.--- ya ves Panta, te dije... – mmm no sé... espero no nos metamos en pedos – Panta tienes que agradecerme que gracias a mi vas a poder ligarte una tunisina – sabes qué? hay un problema... no tengo globos! – no te preocupes por eso Panta, no ves como los tienen reprimidos?... no me sorprendería si fueran vírgenes --- Augusto no me había convencido y me preocupaba el hecho de no llevar globos. No traté de pensar mucho en el asunto.

Llegó el jueves y Augusto sólo hablaba de lo que iba a hacer con Navinne, me dijo que nos fuéramos a la playa, seguro estaría desierta y estaríamos seguros con ellas. Llegamos puntuales a las siete de la noche. Otras meseras atendían esa noche. Nos sentamos, pedimos cervezas sin alcohol y una sisha como era costumbre. Esperamos una, dos, tres horas... --- jajajaja – de que te ríes Pantoja? – jajajaja – de que te ríes? – nos dejaron como novias de pueblo? – cómo? – vestidas y alborotadas jajajaja - no entiendo – pues que nos vieron la cara de pendejos... pensamos que íbamos a coger y mira – tú pensabas que ibas a coger – jajaja si hasta tus planes me habías dicho jajajaja – Panta... esperemos un poco más – jajaja sabes qué? ... seguro nos están viendo y se están cagando de la risa de nosotros – no... seguro que vendrán... esperemos otro rato --- Pasó otra hora... --- bueno Augusto yo me voy te quedas? – no... voy contigo... pinches viejas - jajajaja – de que te ríes? – de que somos unos pendejos---

Justo cuando nos íbamos ví a una de las tunisinas en la esquina. Nos estaba haciendo señas. Augusto sonrió --- mira... te dije --- Al parecer habían llegado tarde porque Zaahira que era la de las tetas grandes tuvo que recoger un encargo. Se treparon a la nave y empecé a manejar. Zaahira nos pidió de favor que la acompañáramos a dejar su encargo que porque era urgente, que después de ahí nos podíamos ir a un lugar solitario que quedaba cerca de ahí. --- mira ya son las 11 de la noche – cuál es el problema Panta? mañana no trabajamos... además ya habíamos esperado todo este tiempo --- Manejé en dirección hacia el oeste, por la carretera que llevaba directamente hacia Túnez. La noche era obscura, no había luna y el aire era caliente, era la temporada que los vientos del Sahara soplaban de sur a norte trayendo todo el calor hacia la costa. Después de un buen rato Navinne nos indicó que siguiéramos otro camino. Nos desviamos de la carretera principal y seguimos otra ruta. Había más granjas y plantíos de olivos en la zona. El último pueblo que pasamos fue Assah. Hubo un momento en que el asfalto se terminó y seguimos por entre puras piedritas y arena. No había nada más, todo estaba desierto--- Oye pinche Augusto que pedo?--- Augusto les preguntó que si nuestro destino estaba cerca, a los que Zaahira respondió que si. Pasó más tiempo y vimos un coche parado a lo lejos. Era un Ford Falcon de color rojo con el toldo blanco, tenía las luces apagadas pero cuando me acercaba nos hechó las luces altas. Zaahira nos dijo que nos acercáramos. Augusto les empezó a preguntar que que pasaba. Navinne respondió que era un encargo, que nos iríamos pronto. Zaahira se sacó literalmente, lo vi con mis propios ojos, una pistola chiquita de sus calzones. --- No mames Augusto... baja a éstas viejas --- Augusto empezó a discutir en francés acaloradamente con Navinne, Zaahira le apuntó con la pistolita a Augusto. Augusto me miró --- Traen drogas... las van a vender... quieren que las esperemos – te dije pendejo... algo me olía mal... y ese coche que pedo? – al parecer son marroquíes – sabes en donde estamos? – estamos en o cerca de la frontera --- Zaahira le dijo algo a Augusto --- Dice que no hablemos, que las esperemos y que después nos vamos – y si nos pelamos? – y si les pasa algo por no esperarlas? – y nosotros que pedo pinche Augusto pendejo --- Zaahira le dió la pistola a Navinne que aseguró no era para nosotros pero por si acaso Zaahira se encontraba en problemas con los marroquíes. Zaahira se bajó del auto y gritó algo en árabe. Del Ford Falcon rojo con toldo blanco se bajaron dos hombres, Uno de ellos llevaba una metralleta y vestía una camiseta del Barcelona, el otro traía una bolsa negra de plástico como las de basura. Zaahira y los hombres empezaron a hablar. Pasaron como diez minutos cuando de pronto se escuchaba como si alguien empezara a aventar piedras contra la arena --- que pedo? que es ese ruido? – no sé --- Augusto le esteba preguntando a Navinne lo que sucedía cuando a lo lejos un coche que parecía un jeep encendió las luces. Y el sonido de las piedras que chocaban contra el suelo aumentaba. Eran balas. Zaahira corrió hacia nosotros y los hombres del Ford Falcon rojo con toldo blanco se fueron hacia su coche y el de la metralleta empezó a disparar contra las luces que venían en chinga hacia nosotros. Al ver esto, aceleré y di una mega vuelta en U tratando de alejarme de ahí. Navinne empezó a gritar como loca --- dice que pares... que regreses por Zaahira – no... vámonos... nos va a cargar el payaso --- ví por el retrovisor y la vi a lo lejos corriendo a Zaahira con su paquete. El jeep del que se veían como lucesitas de bengala cada vez que disparaba empezó a seguir al Ford Falcon rojo con toldo blanco, dí otra vuelta en U y regresé hacia donde estaba Zaahira que se subió en chinga. Zaahira estaba histérica --- que mierda pasa? – no sé.... dice que esos eran los que vigilan la frontera – te dije pinche Augusto que nos íbamos a meter en un pedo... como salimos de aquí? --- Augusto preguntó algo a Navinne y nos empezó a guíar en medio de la obscuridad hasta que dimos con un camino. Atrás ya no veían las luces ni del jeep ni del ford falcon rojo con toldo blanco... todo era obscuridad, solo se escuchaban balazos a l lejos, sonaban como cohetes y matracas. Augusto discutió de nuevo con Navinne, al parecer se había sentido porque nos habían usado como choferes y habían puesto en peligro nuestras vidas. --- dice que las perdonemos, que si queremos nos la podemos coger – vete a la verga Augusto --- Regresamos de nuevo, afortunadamente no encontramos ningún retén de la policía en el camino, el pueblo estaba desierto y pasamos por afuera del café --- Navinne y Zaahira se bajaron --- Panta... dicen que si queremos.... tu sabes! – Augusto tú bájate si quieres... yo paso – no... yo igual --- Aceleré y nos dirigimos de nuevo al campamento --- espero que no nos hayamos metido en un pedo – yo igual – eso nos pasa por pinches calientes - bueno yo la verdad ni quería – siiiii weeeiiiiii – no en serio Panta, yo tengo a mi novia que la adoro – jajajaja, si tanto la quieres que te querías coger a otra... por cierto traes la foto? – si, la quieres ver? – pues siempre te la ando pidiendo – mira --- Augusto me enseñó la foto de su novia, no era una belleza como siempre decía --- y? – y qué? – que te parece? verdad que es hermosa? --- La tunisina más fea era más wapa que su novia --- si... sí que lo es --- Nunca más volví a ir al café durante el resto de mi estancia.

3 comments:

0o_irene_o0 said...

jajajaja, "Las tunisinas no eran unas bellezas que digamos, sin embargo había escogido a la que tenía las tetas más grandes" HOMBRES HOMBRES!!!

y bueno, tù lo dijiste todo: eso les pasa por andar de calientes!

Pantaleon said...

Lo se, lo se. Soy un cerdo. Deberia de fijarme en otras cosas como por ejemplo.... mmmm... deben de haber otras cosas en que fijarse no?
Saludos

0o_irene_o0 said...

no dije que eras un cerdo!...

...es solo envidia porque yo no tengo las tetas grandes...snif...

no, ya en serio me diò risa eso de "peor es nada", yo nunca lo he aplicado al ligue, serà que nunca he andado desesperada...deberìa de irme unos dìas a Libano a ver quès se siente!